L.A.Spinetta

Redoble de tambores, momento de espectativas frente a tu mirada ajena, mirada critica incandescente, demente, poco consciente de mis realidades, poco consciente de mis verdades, y mis mentiras. Inconscientemente ajena, consciente de la irrealidad propia del amor, del amor? Inconsciente como el amor, poco consciente como la verdad, y no tan consciente como la mentira.

La voz de tus parpados, el movimiento de las cosas, y de tus sentidos queriendo escaparse y ser libres, por una vez en la vida. Trunca fortuna la de tus sentidos, hechos bonsai en la vereda del sol, paseando por el camino de los sueños, y de los ocultamientos, buceando en un mar de pelotitas de colores, imaginando no poder respirar por la abundancia, y la tormenta cromática que invade tus cristalinos retraidos, sacando de foco hasta el mas lejano infinito, hasta el mas cercano indicio de vida. Sentidos que no pasean los domingos, que no salen a jugar hasta que se ponga el sol, que mas bien explotan cuando este cambia de horizonte, que no compran flores, ni las regalan, que no reclaman amor, solo reclaman libertad, a gritos. Sentidos que no se entregan, ciegamente, a la caricia del alma, a la inmensidad de una mirada, a la paciencia de un parpadeo o a la ilusión de las amebas...

Con paciencia oriental, busco recortar esas hojas secas, esas pequeñas hojas que no quiero dejar caer, que no quiero ver desprenderse de mi como una mirada complice. Es por eso que antes que caigan, les pido disculpas, por interrumpir su libertad, por no dejarlas expresar, por no dejarles sentir ese desapego a lo propio, es bueno sacrificar algunas cosas para sentir crecer otras...

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